La Espada de Damocles, salir o no salir en la pandemia, esa es la cuestión.

Todos tienen la solución, nadie da con ella.

Algunas actitudes llaman la atención.

  1. El deseo desbocado de Bolsonaro por la actividad económica.
  2. Su precariedad comunicativa con los fallecidos.
  3. La administración subsidiaria de João Doria
    1. Aislamiento social al libre albedrío de la población, es responsable de sus muertos.
      1. Población disruptiva social y económicamente, el mensaje roto.
  4. La dicotomía entre el Aislamiento Social y el Estado de Alarma, falta de pulso administrativo.  Réditos claros para una reelección.
  5. Responsabilidad caminando hacia la irresponsabilidad de la población con índices de aislamiento en regresión.
  6. Dos clases, la que trabaja en la calle porque no puede no, y la que on-line que pide no trabajar, la que trabaja en la calle no existe.
    1. Panaderos, supermercados, carteros, electricistas, matarifes, suministradores de internet, porteros.

Pinta largo, un día, próximo, aprenderemos a convivir con la espada de Damocles.

Relatos autoritarios

Cuando explotaron los trenes en Atocha echaron a Rajoy.

Me gustaría saber qué pasará cuando acabe todo esto con el actual gobierno español, empezando por Irene Montero, siguiendo con Carmen Calvo y continuando con Iglesias para acabar con Sánchez.

Pero este es uno de los problemas.

En España, antes de la crisis, pues ahora lo que hay es un estado de sitio, se habían instalado estos relatos autoritarios:

  1. Agendas políticas forzadas construidas a base de narrativas encima de agravios superficiales, precipitados, forzados o sin consenso.
  2. Búsqueda inefable por la entropía, principalmente social.
  3. Incapacidad para distinguir los problemas reales de los figurados.  El discurso se convierte en realidad .
  4. Pérdida de la noción de simbiosis y asunción del cambio con la continuidad moral, histórica y social.
  5. Pérdida de la capacidad para discutir, también del noble derecho de ejercer la libertad de expresión y disentir más allá de los discursos oficialistas, las ideologías del momento.
  6. Marginación social a la disención, estigmatización.
  7. Endogamia administrativa y política.
  8. Centripetismo y prepotencia moral desde el punto de vista geográfico e histórico, una clase política que se cree el centro del mundo en relación a los dogmas morales relacionados con la familia, los derechos inalienables, la relación hombre-mujer o el clima y también geográficamente ignorando su relatividad en relación al resto del mundo, conformados por otros valores, ideas y tradiciones.
  9. Populismo.
  10. Falta de capacidad de gestión.

Se tardó en dilucidar la crisis con eficiencia por el peso de la agenda populista acorde con el discurso de moda.

Los picos de contaminación 4 días después del 8M cuadriplicaron en Madrid.

La ideología nos mata cuando se dispara, la incapacidad también, la fábula de los podencos y galgos de Tomás de Iriarte viene al pelo cuando se trata de la respuesta del actual gobierno al coronavirus y para explicar todo lo que estaban haciendo anteriormente.

 

Cataluña, 2019

En 2014…

Me acabo de despertar con las 100 razones del ABC para que Cataluña continúe integrada en España.

Hay algunas un poco folclóricas, otras graciosas, muchas cabales, otras sentimenales, algunas, dudosas, las más, razonables.

Cada cual hará sus análisis pertinentes y observaciones meticulosas, pero la que más me llamó la atención y creo más poderosa, es la raigambre común establecida durante 500 años en un transfondo compartido llamado España.

Alguien dijo una vez que la historia no se reeescribe, y tiene razón.

Si ponemos en una balanza lo que de común tenemos los españoles de cualquier área geográfica que sea, llegamos a observar comportamientos similares relacionados con la alimentación, control del tiempo, percepción del futuro, organización familiar, estrategias de amistad, idea del ocio, intuición del binomio trabajo-sustentabilidad, además de otras características más puntuales, como el pesimismo aplastante cuando las cosas van mal o el optimismo caballar cuando las cosas van bien, cierta resignación a la procedencia nacional, como decía Luis Cernuda (soy español porque no puedo ser otra cosa -cuánto daño da el no salir de esta cerrazón infame)…

Me entiendo mejor con un catalán bueno que con un francés bueno.

Pero bien con los dos. Aunque más con el primero que con el segundo. Sin embargo podría hacer sociedad con ambos.

Y muchísimo mejor con un francés bueno que con un catalán malo.

Esto quiere decir que las nacionalidades no están por encima del trasfondo humano, a pesar de que algunos políticos, que ya no pueden rectificar, se empeñen en convencerme de que una línea imaginaria, que nada tiene que ver con la interpersonalidad, y trazada en el albur de los tiempos, la mayor de las veces, a la fuerza, sea más importante que yo.

Somos lo que nos gusta

Algunos de los principios, estéticas y terquedades que nos inspiran:

  1. Nos gusta pensar
  2. Nos gusta madrugar
  3. Nos gusta mirar
  4. Nos gustan los mayores
  5. Nos gusta volar y nadar, es decir, comunicar y gramatiquear
  6. Nos gustan los niños
  7. Nos gusta lo raro
  8. Nos gusta la música
  9. Nos gustan los contrastes
  10. Nos gusta lo clásico
  11. Nos gustas tú

Violencia, periodismo, educación

La polémica está servida para explicar la violencia.

Si uno es más conservador los índices estarán basados en la decisión individual, los que se consideran más de izquierda con un carácter prevaleciente social y comunitario, la sociedad es mayoritariamente culpable.

Son dos posturas muy difíciles de reconciliar.

Pero hay algo que me ha llamado la atención desde que estoy viviendo en Brasil, cada año pierden la vida violentamente 65.000 personas.

Y no aparecen en los noticieros.

Lo más grave de todo es que Brasil es violento y parece no querer reconocerlo, es como las favelas de extrarradio, tugurios condenables dotados de estética (no nos olvidemos que en la inaguración de las Olimpiadas gozaron de un homenaje), los periodistas como clase continúan desaparecidos, desviando la atención con programas de auditorio o novelas ataráxicas o siendo poco eficientes, dónde está la denuncia.

La pobreza y la violencia parecen orgánicas cuando deberían ser excepcionales, quien canta a las dos, es connivente.

Periodismo y educación.

La vanidad, la discriminación, la excelencia

Puede ser Brasil el país más vanidoso del mundo, uno lo percibe en los telediarios o en la televisión, donde casi todos los periodistas o actores son guapísimos.

El pelo, los dientes, la piel, el cuerpo. las uñas son elementos identificadores de carácter inmediato.

Además de la higiene, variable según regiones, pero siempre crítica con los que vienen de fuera.

Por qué es tan importante el aspecto físico, la estética y sus derivaciones, nunca había escuchado hablar de gente bonita o fea, como frecuencia de un ambiente salvo en Brasil.

Al principio alerta, luego uno percibe que tanto para unos como para otros es normal.  Entonces, como vengo hablando en anteriores ocasiones, vamos adelante.

Será un prejuicio, se puede hablar de discriminación indirecta, existe un pequeño purgatorio en sordina para los que no pertenecen a este exclusivo sector poblacional…

Visto desde el punto de vista positivo, sin afán de problematizar, palabra nueva que me encontré por casualidad el otro día, esto hace de Brasil uno de los países con hombres y mujeres más bellos del mundo.

 

São Paulo, Nueva York y el sueño

¿Es São Paulo la Nueva York latinoamericana?

¿Lo que sustenta la ciudad es el afán de enriquecimiento, que muchas veces lleva a la extravagancia, como nunca vistas en ningún lugar del mundo, o el placer de poderlo tener todo sin tenerlo la mayoría de las veces?

Qué más cuenta, la posibilidad infinita de aparente crecimiento o el crecimiento en sí.

Si la ciudad posibilita estándares de mercado a la altura de cualquier otra de su género en cualquier parte del mundo, cuál es el magnetismo para un amplio sector cuyos principios, en principio no están inspirados por la acumulación.

Qué se puede hacer en São Paulo no queriendo ganar más dinero, ampliar las instalaciones de los comercios, vender el doble o incrementar renta.

¿Es São Paulo un sueño?

¿Existe hoy izquierda y derecha?

Los prejuicios, la sal, España también existe

No soy de Madrid, ni de Barcelona, a pesar de todo, Pamplona, Palencia, Teruel, Zaragoza y otras, existen.

Venir a Brasil y presumirte de las dos grandes capitales forma parte de la normalidad y de nuestra mente prejuiciosa, vista desde el punto de vista de la idea concebida previamente.

No, de Pamplona, una ciudad que pocos conocen, al Norte, cerquita de la frontera, tocando los Pirineos…

No es culpa de Brasil, ni de nadie, quizá de todos, por no saber cuidar la imagen además de los centros de poder, que se encuentran en estas dos capitales, sin embargo España pierde, y mucho, en gastronomía, historia, arte, paisaje, dialectos, orografía, convivencia, trascendencia, profundidad.

Existe un prejuicio hacia la provincia y ahora hacia las capitales, es la España interior levantándose.

Sin embargo, el prejuicio que nadie reconoce que tiene, pero lo tiene, sobre todos y todo, es la sal del debate, aquello que estimula la razón y recupera los buenos hábitos, como el diálogo, el respeto, la tolerancia.

Madrid y Barcelona tienen un problema, pero ahora no son solo las dos, España también existe.

La carne, sus tasas, el futuro de las churrascarias…

Hasta inicios del siglo XX no se comía mucha carne, Brasil, Uruguay y Argentina son países cuya cultura gastronómica está basada en la proteína, principalmente vacuno, pero no solo.

Es curioso señalar que en España la carne de vacuno es cara y un solomillo se consume en grandes ocasiones, por ejemplo, en Navidad, sin embargo otros como los embutidos son baratos en cuanto en Brasil valen más que muchas piezas rarísimas europeas.

A veces un kilo de mortadela es más caro que un entrecot y esa disparidad no solo ocurre entre países, existe internamente también.

De cualquier manera, la ventaja comparativa de los países es fundamental a la hora de tomar decisiones.

Existen rumores, la antesala de la noticia, de que algunos países, por ejemplo, Holanda, a mediados de la próxima década va a tasar la carne roja para disminuir su consumo y gravitar hacia alimentos de origen vegetal.

No se sabe muy bien dónde van a colocar esos cultivos, me pregunto yo, pero es un aviso para navegantes, seguramente el Cono Sur Latinoamericano, independientemente de si ha empezado a surgir la polémica del excesivo o no consumo de carne al margen de actitudes individuales como el movimiento vegano, va a sufrir transformaciones en los próximos años y probablemente las churrascarías tal y como las conocemos hoy, templos de exposición proteínica, no aparecerán de la misma forma.

Los matahambres, los choripanes y su oportunidad

Comer es un continuum de oportunidades.

Se puede comer caro, barato, en bocadillo, en plato, con arte, con muy poco estilo, a lo bruto, demasiado o poco.

Una de las cosas que más me ha llamado la atención desde que estoy en São Paulo es la capacidad de la ciudad por incorporar platos internacionales a gran velocidad.

Y de todos ellos, los bocaditos o los matahambres, más si cabe.  Ya fue el tiempo de los kebab, una importación alemana pasando por Turquía.

Año 2019, es el tiempo de los choripanes, una construcción más próxima que gravita entre Argentina y Uruguay basados en las longanizas de cordero, pollo o vacuno y envuelto en variadas salsas que normalmente acompañan una cerveza.

¿Se puede comer más barato y mejor?  Si entendemos que la gastronomía es una estrategia social, tanto para el que cocina en casa como para las reuniones exteriores, qué más se necesita si al hacerlo lo hacemos barato y sabe rico, rico…

Los matahambres o las comidas de los antiguos butecos, hoy transformados en estilosos rincones de autor, son una de las mejores soluciones ya vistas en la ciudad, contrastando con otros restaurantes, en el polo opuesto, reyes de lo estrafalario, exagerado o la etiqueta surgida a veces, o parece parecerlo, de lugares que no se corresponden al que hablamos.