Macroestado

La autorregulación del mercado quizá sea la manera de centrar en el hombre las decisiones sin concederle la última palabra. Quizá sea la mejor gestión de las cosas, gestionar sin gestionar.

En el Macroestado se encarna la inefable desconfianza del género humano sobre el género humano.  El Estado se justifica en las enfermedades (sanidad pública, la crisis de la COVID 19 en 2020 fue su máxima expresión) pero principalmente contra el hampa de la especie, los ladrones, tramposos, estafadores, alcóholicos, imprudentes al volante, imprudentes en la mesa y evasores de impuestos, es decir, en las antípodas del liberalismo, el Macroestado es contra el mal, o lo que es lo mismo, contra el hombre.

Crear

Crear de la nada, lo más difícil, aspirar a original, aunque un poco, induce al progreso, que es lo que genera el dinamismo del hombre a lo largo de toda su historia, el ser humano rescata a Dios en pequeño, quedan dos misterios adicionales, la infinitud del universo y el origen de la vida, el secreto enclausurado en la junción del óvulo con un espermatozoide.

El carnaval de São Paulo y su propuesta

Que es el de Pinheiros, donde vivo, se ha convertido en una cloaca a cielo abierto, como en cualquier urbe del siglo XIX donde las urgencias se vertían a la calle con naturalidad porque era lo que había y como no había otra era así que había que hacer.   En ese momento el pudor se anula, me atrevo a asegurar sin ningún fundamento sociológico que mear en público (y cagar también) en sus diversas variantes (abiertamente, detrás de un muro humano para evitar miradas indiscretas imposibles, en el recodo de cualquier establecimiento) forma parte de la propuesta.  Si São Paulo quiere vender esto para el mundo, lo está consiguiendo, porque ayer cuando uno pensaba que la marea humana ya tocaba a su fin, va y viene otra y aparece otra más allá, nunca vi tanta gente ridícula brotando de la nada, y por ende, nunca tanta exonerándose en mitad de la calle, concluyo que esto, de alguna manera, también forme parte de la graciosa propuesta.

El día de Navidad

El día de Navidad es el mejor del año, tenue y bondadoso como una madre, un oasis de silencio y corazón recogido sin ninguna artimaña humana, momento de constatar que a pesar de todo hay algo que no se puede explicar y que tiende a superarnos reuniéndonos en un prolapso de calma aparentemente infinita.  En clave mundana, nos recuerda también que a pesar de nuestras cuentas circunstanciales hay cosas más importantes que superan las tablas de multiplicar.

Cualquier otro al lado está mejor

Pues a mí me parece que las cosas en resumidas cuentas están bien, creo que algún día habrá que deconstruir finalmente aquel dicho de que “Cualquier tiempo pasado fue mejor”.  Mi padre, que es la única autoridad política que reconozco me dice siempre que esto es mentira con ejemplos de vida que son irrefutables.  Tiene razón.  No voy a colocar tampoco aquí ningún aburridísimo índice que santifica los buenos tiempos, hablan por sí mismos, ya se sabe, la estadística va a misa (pecadora igual que la ciencia, eso sí, como ella sola, para qué nos vamos a engañar).  Pero pienso que para continuar echándole al otro la culpa o perseverar en modo rancio, que es más bonito de cara al mundo, que feliz, podríamos substituir el anterior por “Cualquier otro al lado está mejor”.  Entonces viene el sinvivir, porque si aquel está mejor, uno está peor y si es así, habría por qué no, que estar mejor y quizá el que está mejor lo está, porque uno, yo, tú, está peor, entonces, él, quizá, tenga que estar peor para estar mejor, yo, tú.  No él, que para él, sería viceversa.

De mal en peor: un retrato y los desafíos de la educación brasileña pós pandemia

Los resultados de la educación brasileña en las evaluaciones internacionales son preocupantes. En Brasil, dos a de cada tres jóvenes con menos de 15 años no comprenden ni siquiera los conceptos básicos de matemáticas, en lectura, el país no ha presentado en los últimos 10 años y en ciencias ha empeorado. Esto es lo que indica el Programa Internacional de Evaluación de Alumnos (PISA) de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que aplica pruebas de lectura, matemática y ciencias con estudiantes de decenas de países a cada tres años.

Pero lo que pasa es algo mucho más serio de lo que parece: la referida evaluación ocurrió en 2018, antes de la pandemia. E, infelizmente, la respuesta de los gobiernos federal, estaduales y municipales para la educación durante la pandemia fue, con pocas excepciones, una vergüenza. Un dato que confirma esta afirmación fue lanzado en 2021 por IBGE, el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística: más de la mitad de los estudiantes del sistema de escuelas públicas entre 15 y 17 años no tenían acceso a la internet ni computadora durante la pandemia y, por eso, no pudieron hacer las clases a distancia.

Ahora, incluso con la vuelta de A las clases presenciales, no tenemos noticias alentadoras. Primeramente, porque, con cinco cambios de liderazgo en el Ministerio de la Educación durante el actual gobierno, no fue hecho ningún plan nacional de recuperación de la educación. En segundo lugar, porque de acuerdo con el censo escolar de 2020, ha empeorado la estructura de las escuelas, incluso ha aumentado la cantidad de escuelas sin internet y sin baños.

SÍ, la situación es dramática. Sin embargo, solo quejarse no soluciona el problema. Es necesario exigir cambios reales y este año el pueblo brasileño tiene una gran oportunidad de para hacerlo: por medio de las elecciones.

Es fundamental elegir representantes que valoren la educación, pero no solamente en el discurso. Necesitamos de personas públicas que sepan los problemas de esta área, conozcan cómo ayudar a solucionarlos y, claro, que estén realmente comprometidas con las generaciones futuras. Al final, más que palabras bonitas, su destino necesita de buenas actitudes.

Karla Falcão, Avanzado B2, alumna de Adriana Molina

Algoritmos predictivos

Nuestra información está condicionada por algoritmos predictivos que propulsan nuestros reflejos, es decir, no encontramos lo que buscamos y sí lo que los grandes espías cibernéticos quieren que encontremos, existe una ausencia de recato temporal para entender la información y generar decisiones autónomas debido a que el Frequency Event cada día es menor, es decir, poquísimo tiempo entre los eventos para evitar pensar, clave para usurpar ese poder de decisión.  Que los grandes gurús actuales, aquellos a los que unos años atrás los considerábamos grandes personalidades del año se instruyesen con  expertos en condicionar animales como focas, delfines o ratas indica el panorama de película de terror en el que nos encontramos.