Analizar la participación de la mujer en el mundo del trabajo es complejo. Es necesario hablar de la historia. En Brasil, cuando las niñas estaban en la escuela, su educación tenía como principal objetivo la preparación para que fuesen buenas esposas, madres y enseñarles las tareas domésticas, pero esto cambió en el siglo XIX. 

Con el final de la esclavitud, inicio de la inmigración, revolución industrial y la consolidación del capitalismo, las mujeres empezaron a trabajar en las industrias. Ellas tenían baja escolaridad y necesitaban trabajar, gracias a esto aceptaban bajos sueldos y largas horas de trabajo. Eran las personas perfectas para las industrias. 

Hubo huelgas femeninas para mejorar las condiciones de trabajo, pero la economía era, y todavía es, patriarcal. La documentación que describe la historia de la época fue totalmente hecha por hombres, entonces la descripción de las huelgas, de la participación femenina en las industrias y su importancia económica es secundaria en la historia. Esto dio fuerzas para la mantención de esta característica del mercado de trabajo. 

Actualmente las mujeres están en las universidades, estudian junto de los hombres y  ocupan 41% del mercado de trabajo. Por culpa de la historia, todavía sufren con injusticias hasta hoy. 

Pero, ¿Seguro que no hay otras razones para que esto permanezca hasta hoy?

Hay diferencias entre las generaciones que están en el mercado de trabajo desde hace mucho  tiempo y los que están empezando ahora. 

La generación de los Baby Boomers, que nacieron después de la Segunda Guerra Mundial, son los responsables por la fundación de muchas empresas y tienen como característica principal la estabilidad y la dificultad de hacer cambios. Actualmente son los responsables de los cargos de jefe y están en la dirección de las empresas. Dado que las personas de la generación X son hijas de los Baby Boomers, a pesar de tener diferencias de sus padres como la ideología, tuvieron que rendirse a las características y la lógica del mercado de la época, entonces traen con ellos características de la generación anterior, como la estabilidad y dificultad de cambiar (esta puede ser una de las razones por la cual, la diferencia entre hombres y mujeres,  continúa fuerte en empresas antiguas).

La generación Y nació, creció y llegó al mercado de trabajo. Es la generación que trae con ella cambios importantes en comparación con las generaciones anteriores, no es porque sean personas jóvenes, sino porque es la generación que tuvo en su vida la internet! Junto con la generación Z, son las personas que tienen mayor contacto con la información, tecnología, y tienen como características la inconformidad, el deseo de cambios y la fuerte competitividad. Hombres y mujeres están preparados igualmente para ocupar mejores puestos en las empresas o tener éxito en sus propios negocios. 

Sueldos  menores, largas horas de trabajo y las diferencias clásicas entre hombres y mujeres en las empresas no tienen más relevancia para estas personas. 

Debido a esto, las nuevas empresas están más preparadas para recibir a las nuevos trabajadores  que están llegando al mercado de trabajo y ya tienen la igualdad como base. 

El mercado todavía no está listo para recibir a las nuevas mujeres, con toda su preparación académica, su conocimiento y, principalmente, su conciencia de las diferencias entre hombre y mujeres en el trabajo y deseo de cambios. 

Pero los cambios están empezando. Todos los cambios generan crisis, y las crisis traen cambios irreversibles. Y esto siempre sucederá. 

¿Cómo serán las próximas generaciones? ¿Cómo estará el mercado? 

No hay como saber. Pero, que los futuros problemas sean otros y resueltos en igualdad.

Jéssica Barros, C12.  Profesora Patricia Lafuente.

(EspañaAquí no se identifica necesariamente con las opiniones vertidas en los artículos por sus alumnos, profesores o colaboradores. Son simples opiniones, como las de todos, y el objetivo es fomentar el debate y la tolerancia, principalmente con el que discrepa, además de aprender a escribir en español)

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2 comentários

  1. Esa misma historia se ha repetido en otros países a lo largo de los siglos XIX y XX, muy parecida a como comentas en Brasil. Y en nuestro siglo XXI aunque ha habido mejoras, todavía tenemos mucho que cambiar para que las mujeres tengan los mismo derechos, no solamente en teoría (en ley) sino también en la práctica del día a día( cambio de mentalidad y de prácticas de algunos).
    Gracias ,Jéssica por tu artículo y reflexión!

  2. Soy un poquito más escéptico que Luisma, pienso que tardaremos algunos siglos en cambiar algo, de hecho, continuamos bastante primitivos en casi todo, aunque nos parezca que somos modernillos, principalmente, aquellos que se llenan la boca con las palabras de moda.
    Lo que cabe es el día a día, señalar los puntos de injusticia, denunciar.
    A veces siento, bueno, muchas, veces, falta de más realidades y menos teorías… hay que quitarle la sábana al fantasma.

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