¿Existe un plato más sabroso que un par de huevos con chorizo y patatas fritas?

Recuerda a familia y a amigos con risa y vino, dispendio de tiempo hablando de las cosas y sus cosas manejando el camino de yemas explosivas contra el pan, su posterior traslado desmoronado en baba amarilla y caliente al tiempo que mezcla su sabor dulce con la sal en grumo…

Resulta imposible levantarse inapetente o melancólico de la mesa habiendo rezagado un par de tragos de vino con este manjar proletario e histórico, el desagüe nocturno de millones de cenas españolas…

Qué buenos son los huevos con lo que sea…

Publicado por EspañaAquí

Escuela para enseñanza del Español como Idioma Extranjero.

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