Qué difícil hoy acabarse un partido de fútbol por la tele, su proliferación disminuye el interés y los aparatos electrónicos por primera vez en la historia restringen el carácter social a lo que antes generaba una congregación multitudinaria y espontánea.

Los límites de las cosas son intangibles como los desastres del agua, lentos pero inapelables.

Da la sensación de que su nivel de hartazgo está lanzando varios mensajes, como la falta de calidad técnica debido a la exhaustión de los jugadores, conflictos desmesurados al gestionar el lugar donde se encuentra la televisión principal en unos espacios privados donde las líneas preclaras de la jerarquía ya no existen…

El partido retransmitido se esperaba en los 80 como una fiesta con todos sus ingredientes.

Deixe um comentário

O seu endereço de e-mail não será publicado. Campos obrigatórios são marcados com *

*

Esse site utiliza o Akismet para reduzir spam. Aprenda como seus dados de comentários são processados.