Un viento arremolinado
dejó a tus pies un amor maltrecho.
Una fría noche vieja, la primera de tus nuevos días al abrigo.
Porque tú así lo quisiste. Por ti.

Valiente, ya sin remedio, lo recogiste
y anidaste entre tus manos, cuidándote de mantenerlo con vida por una intuición, como es el amor antes incluso de ser amor.

Dándole pequeños soplos de cariño, dándote a ti misma la oportunidad,
con la paciencia y la sensibilidad para hacerlo crecer, apretujado de ternura.

Un amor recompuesto con la entereza de las trizas finas, reanudadas sin pretensión de nada. Un amor maltrecho, gigante, porque no es solo tuyo, ni solo mío. Un amor de los dos.

Un viento arremolinado a tus pies busca un amor maltrecho.

Deixe um comentário

O seu endereço de e-mail não será publicado. Campos obrigatórios são marcados com *

*