Esta expresión refleja, en parte, los tiempos en que vivimos: es casi inevitable querer tener razón en todo o salir victorioso en cualquier situación, incluso forzando los argumentos.

Cuando alguien gana una disputa dialéctica o alcanza su objetivo a pesar de las dificultades, se dice que:

Se sale con la suya.

Si quien triunfa es quien habla, se usa la forma:

Me salgo con la mía.

Cuando los vencedores son otros, se dice:

Se salen con la suya (de ellos).

Así funciona.

Es importante prestar atención a la concordancia entre el posesivo y el pronombre átono que acompañan al verbo, de acuerdo con el sujeto de la oración.