La memoria lingüística y comunicativa de un profesor es amplia.  La de un alumno no.  Como la incorporación de una lengua (que no aprendizaje) requiere activar la memoria de hábito y el hábito de la memoria, (que no la resurrección de reglas gramaticales) cuantas más situaciones existenciales expuestas, más vocabulario de subsistencia el alumno incorporará.  Y esto se produce a través de procesos de exposición oral y escrita, la manera de crecer y consecuentemente de hacerse mayor. 

 

Estas situaciones existenciales las proporciona un curso genérico de español, el nuestro, la colección Vamos, además, analiza la realidad sociolingüística brasileña dentro de un contexto adulto y esencialmente profesional.  Uno crece en el hábito, que no es otra cosa sino memoria de la actuación.