Apuestas de futuro, cronogramas serios, plazos, entregas y exigencia de resultados

Uno de los grandes desafíos para 2026 radica en hacer entender al alumno que la travesía al español no se realiza con paradas infinitas con el riesgo de convertirse en un viaje a ninguna parte con apariencia de un trayecto seguro.

Las cosas tienen inicio, medio y final, una progresión cronológica, una evolución en la línea del tiempo, un resultado y un examen, también de conciencia con las condiciones ofrecidas por la escuela de turno.

Realizar una clase a la hora que el alumno quiere y cuando quiere ofrece visos de discontinuidad a corto plazo, todo lo que no sea un proyecto a 1,5 años y seguido en lo que se refiere a la adquisición o apropiación de la lengua española es un proyecto inseguro, aparentemente atractivo.  A quién no le seduce hacer negocios en Chile después de 3 meses de tener contacto con la lengua.  ¿No es irresistible la idea de apretar un botón y salirle un profesor al otro lado de la cámara cuando a uno le da la gana, como un Uber?

Pero, ¿y la disciplina?  El alumno es un sujeto complejo que trabaja, existe la necesidad de cuidar de la familia, la salud personal y el vaivén profesional del semestre.  No es lo mismo el primer mes, ni siquiera el segundo que el tercero, no vamos a hablar del cuarto ni cuando el primer trayecto del proyecto está llegando al final.

No, es necesario aplicarla de fuera, desde una escuela que demuestre pulso y aúne su discurso con la entrega de resultados, sepa acoplar al cliente y concienciar al profesor que no vale una clase sino entregar.

Lo otro, es una apuesta de riesgo con apariencia de opción feliz, no hay nada fácil que valga la pena no solo a largo plazo, ni siquiera a medio ni corto.

 

Deixe um comentário

O seu endereço de e-mail não será publicado. Campos obrigatórios são marcados com *


CAPTCHA Image
Reload Image

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.