Sin fútbol, y con el peso de la existencia

Vivir sin fútbol es vivir consciente y a veces se torna necesario no hacerlo, principalmente desde el viernes por la noche hasta el domingo a la tarde.

Los sueños de la razón producen monstruos decía Goya, y a fe que cuando nos llega el fin de semana para homenajear a la sinrazón, ese cataclismo futbolero nos redime como seres humanos que somos.

Ahora que ya no lo tenemos, los que lo amamos sufrimos el impacto de depararnos no solo con la supresión de nuestra ataraxia vital y que pudiera hermanarnos finalmente con un entorno normal pero quizá desconocido, como es la familia, el deporte, las comidas en grupo, lo espiritual, la cultura, la reflexión individual, el descanso, con el entorno normal suprimido, en definitiva, sino que nos depara con la peor de las realidades desde la 2a Guerra Mundial, un baño explícito de configuraciones grotescas a las que intentaremos en los próximos meses encontrarles un por qué.

El peso de la existencia es a veces insostenible, nuestras preocupaciones, inadmisibles, es necesario recuperar nuestra escala de valores y sufragar el desastre ocasionado a la herencia de nuestros mayores.

Tengo la seguridad de que cuando vuelva el fútbol, apreciaré sus cosas y también otras que su áurea no me dejó ver ahora que no está.

Fútbol antisocial

Qué difícil hoy acabarse un partido de fútbol por la tele, su proliferación disminuye el interés y los aparatos electrónicos por primera vez en la historia restringen el carácter social a lo que antes generaba una congregación multitudinaria y espontánea.

Los límites de las cosas son intangibles como los desastres del agua, lentos pero inapelables.

Da la sensación de que su nivel de hartazgo está lanzando varios mensajes, como la falta de calidad técnica debido a la exhaustión de los jugadores, conflictos desmesurados al gestionar el lugar donde se encuentra la televisión principal en unos espacios privados donde las líneas preclaras de la jerarquía ya no existen…

El partido retransmitido se esperaba en los 80 como una fiesta con todos sus ingredientes.

Y después de 10 años, se cumplió la profecía…

El fútbol inglés reina en Europa después de pegarle al poste durante 10 años seguidos, esto no quita para que a lo largo de la década todo el mundo lo considerase el mejor, imagino que ahora podrá descansar en paz sabiendo que al final tenía razón.

Lo que está claro es que en fútbol no hay lógicas, pero a la larga siempre gana el mejor y durante este tiempo España fue el país más competente en Europa, en las dos velocidades, alguien podría decir que lo del binomio, etc, el Sevilla y el Atleti se comieron también el resto.

Guardiola dijo un día que el Madrid no fue un gran equipo en los años anteriores, a pesar de haber siempre bailado con la más guapa, me acuerdo del mundial del 70 donde Perú era considerada la selección favorita para llevarse el título, a la postre fue Brasil.

Confundir competencia con estética, formato o estilo y no contrastarla con la realidad a ver qué ocurre es un ejercicio típico de preferencia personal, los ingleses fueron los que más jugaron a lo mismo consiguiendo formatear un solo fútbol en 20 equipos diferentes y todo ello, llenando sus estadios, los equipos españoles alejados del concepto producto futbolístico, fueron sin embargo los más competentes de la última década.

Este año ya no lo serán más.

El Barcelona y una pica en Flandes

Existe psicosis que traba la espalda y el Barcelona busca la espalda porque existe psicosis, cómo es posible no remediar la recurrente tragedia, el desenlace previsto, un Madrid Barcelona reconvertido en película feliz o infeliz sin moneda al aire, herida mortal,  moral en forma de fútbol donde parece alojarse el bien y el mal definitivamente en los colores de los dos equipos más importantes del mundo, es lo que debe de dar un equipo visceral e imprevisible ante otro basado en el trazo.

La pica en Flandes ya no es tal porque los tercios blaugranas rehabilitan el camino catalán con ninguna tragedia, solo repetir el guión que ganan.

Al Madrid siempre le cabrá la épica, la rehabilitación inesperada que envuelve el áurea del héroe maltrecho.

La democracia, su némesis y el Real Madrid

La perversión de la democracia se manifiesta en la burocracia.  Elegir no exige total respeto al sistema desde el momento en que ampara el salvoconducto de su némesis que no es otro que la corrupción y principalmente el déficit de la balanza fiscal, la antesala de muerte de cualquier empresa privada.  Pero el estado no quiebra y la justicia es lenta.

La protesta se podrá manifestar de diferentes maneras, a través de la polarización o con intentos de mociones de censura.  Una retomada de regímenes autoritarios se antoja imposible.

El Real Madrid pasó de la dictadura ronaldiana por la ansiada democracia de principio de temporada a la más atroz inoperancia degenerada en un juego burocrático y encogedor en solo 2 meses.

¿Quién le pone el cascabel al gato en este equipo?

Cristiano Ronaldo, lo mejor de tu vida nos lo hemos llevado nosotros…

Cuando Ronaldo bajaba la cabeza con un gol del compañero, qué difícil resultaba entenderlo entre los madridistas, atribulados hasta para explicarlo al enemigo, pero ahora ido en la Juventus todo encaja,  Ronaldo nunca apreció al Real Madrid, tampoco a su afición, la única en el mundo que censura por impaciencia, algo a sus compañeros, pero jamás sus brillos, devaluados que si no de él.

Nadie le llora, lo más triste de todo, su ausencia deja un alivio entre los jugadores, el Bernabéu y los aficionados de a pie, solo los niños, grandes entendidos en películas con héroes, mostrarán cierto desconcierto cuando vuelvan al colegio al depararse con la mayor incógnita ofrecida tras el cansino divorcio, cuál el gesto artístico de superhéroe a imitar, qué se inventará el megaglorio  que no remita al Madrid, para nosotros adultos, como ya lo dijo Julio Iglesias, lo cortés no quita lo valiente, le cantaremos con melodía de fin de tarde, que lo mejor de su vida nos lo hemos llevado nosotros.

Brasil 82 contra Brasil 94

A la irresoluta selección brasileña del 82 se le llora hasta hoy en proporción directa a cuanto se reniega de la victoriosa del 94.

Si yo fuera Bebeto o Taffarel, Mauro Silva, Jorginho o Romario, intentaría devolver este título triste, el Brasil ingrato no lo reconoce.

Muy propio del ser humano llorar a los hombres cuando muertos, casi hasta obrar su resurrección,  pero parando siempre un poco antes, no vaya a ser que se obre milagro.  Loar al vivo, de veras, una manía poco habitual, para réditos sí, ay si se pudieran matar los éxitos del audaz…

El residuo de Sócrates, Zico y los otros tuvo su cónclave en México 86, la constatación de la defunción del fútbol arte, entonces se demostró que a la pintura había que ponerle cartabón.

No supe hasta bien después que tras la oscuridad de Argentina 78 intentó salir el sol en España con un Brasil luminoso pero frágil.  Con el tiempo uno acaba por descubrir que Italia y Alemania siempre constatan el fútbol.

Lo mismo con Holanda 74, a la que nadie vio, un muerto loable convertido en residuo definitivamente 4 años más tarde en una magnífica tarde de Kempes en su Monumental.   Qué hartazgo lo de la naranja mecánica que revolucionó el fútbol y nunca ganó nada.  ¿Jugó Alemania la final?

En fútbol siempre gana el mejor, pero la ecuación no entiende de hermosura, Brasil en el 70, un equipo cuestionado antes y durante el torneo, solo jugó con gracia contra Italia, .

Lo bueno está por venir y lo mejor no fue, el hombre y su afán de no ser de donde está.

 

Zinedine Zidane, la gloria y sus secretos.

Algunos venden lo que nunca alcanzaron con excusas imposibles, como los niños con miedo o los funcionarios menores, otros disminuyen sus glorias porque prefieren la familia, Zidane tras su tercera gloria, de manera elegante le dijo a Florentino que ansiaba la Liga.

Con él se va el hombre, el sosiego, la voz callada y el buen tino.

Los madridistas sabemos cuánto Mourinho nos hizo sufrir, de Zidane llegamos a gustar hasta de su calva, su figura de francés comedido, qué bueno era todo en él, incluso, ahora caemos, hasta sus longicuos secretos.

El Atlético de Madrid, la dirección contraria, el Cholo y Sabina

El Atleti es uno de esos equipos siempre en dirección contraria, ganar linda el milagro, y como santo su misión es siempre el límite, venerable.

Debe de ser por la repercusión de su hinchada, o el brío del Cholo, o la excelencia de su clase casi siempre media, o por una simple racha, o por la canción de Sabina recordando la aprensión del torero a la puntada que precisamente gesta su aclamación al final de la faena, el jugar según el otro.

Recuerda al Corinthians de la época actual, que recuerda a la Italia anterior.

Iniesta, el jugador desnudo

Iniesta se nos va a China y con él un montón de buena crianza y chiclete en el pie.

Qué manera de mascar, qué manera de adoctrinar.

Gestó el más importante punto en común con mis hijos, el amor a la Selección Española y al fútbol en general, jamás después logré consenso alguno en nada.

Quizá la pasión desbordante por el Real Madrid.  Pero Iniesta estaba por encima del blanco y blaugrana, era un jugador que jugaba desnudo.

Para los adultos marcó el gol que nos destapaba finalmente del complejo, salimos del armario casi en el último minuto, qué alivio.

Ya Torres había dado el primer aviso dos años antes, para los niños sin memoria, eran los mejores.

Se nos va el consenso por lo que consiguió por todos, simbolizado en un atronador Riazor con su gente descendida en ese mismo y trágico momento.

También la leyenda por lo que no, nuestro Brasil´82 con su no conquista del Fifa Player 2010, L`Equipe acabó pidiéndole perdón.

Se nos apaga el sueño, los niños recuperan la realidad,  ya van creciendo.