Gisele, la ropa interior, y la furia. De las mujeres…

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=Ar0MrwENnYA[/youtube]

Nos ha parecido interesante reproducir integralemente el artículo de Juan Arias para El País en el que relata la polémica suscitada por la campaña publicitaria protagonizada por Gisele Bundchen en ropa interior (parece bikini).  Las opiniones son de todos los tipos.  Todas muy bien documentadas y a simple vista, todas tienen razón.  Y tú, ¿Qué piensas de todo el asunto?  ¿Degrada la imagen de la mujer?  ¿La eleva a cotas de perfección difícilmente inimaginables?  Un debate muy interesante para que lo desarrolles en clase con tus compañeros y coloques tu comentario en el post.

Juan Arias, 30 de septiembre de 2011

A Iriny Lopes, Ministra-jefe de la Secretaría de Políticas Públicas para las Mujeres, del gobierno de Dilma Rousseff, le ha parecido ofensiva y contra la dignidad de la mujer la campaña comercial lanzada por la modelo Gisele Bündchen, en la que presenta los nuevos modelos de la ropa ínterior femenina Hope yha pedido que se retiren los comerciales.
La campaña está desde hace una semana en televisión e internet y el Consejo Nacional de Autoreglamentación Publicitaria (Conar) estudia la posibilidad de prohibirlo. En el comercial que anuncia ropa interior femenina, cuando Gisele presenta bragas y sostenes , en pose sensual, una voz en off dice: “tu eres brasileña, usa tu encanto” e insinúa que las mujeres  “deben conquistar a sus maridos seduciéndoles para que hagan lo que a ellas les gusta”.

Iriny alega que su ministerio ha recibido ya muchas  denuncias contra los anuncios considerados “discriminatorios y ofensivos” contra la mujer. El problema para la ministra Iriny no es sin embargo el sexo. Su preocupación es el posible machismo de los anuncios que usa a la  mujer como instrumento. Y ahí deberían ser las mujeres mismas quienes protesten, si lo consideran ofensivo a su dignidad.

Los responsables de la campãna alegan que la guerra abierta  contra es sólo una forma de cercenar la libertad de expresión. Si una vez era la Iglesia la que se preocupaba con bikinis y playas, hoy no debería ser un gobierno y menos laico, quién pretenda prohibir una campaña publicitaria de ropa interior.
Para Adilson Xavier, responsable de la agencia de publicidad Giovanni+DraftFCB, creadora de los comerciales, se trata más bien “de bromas cotidianas que de ninguna forma son despreciativas de la figura femenina”.

No piensa así Carmen Hein de Campos del Comité Latinoamericano para la Defensa de los Derechos Humanos quién afirma: “Las supuestas bromas refuerzan  los estereotipos de que las mujeres son infantiles y que el modo de hacer frente a las necesidades desagradables de la vida  es desnudarse”.

La preguntan que se hacen los brasileños es si en una polémica como ésta, debe ser el gobierno el que intervenga o más la misma sociedad civil. El diario Folha de Sâo Paulo, en su editorial titulado “El impulso de la prohibición”, alerta para la tentación de que el estado “pase a tutelar las opiniones de las personas”.

La polémica está servida en un país en el que, justamente el gobierno, reparte cada año más de 40 millones de preservativos gratis para hacer sexo seguro . Los brasileños y brasileñas no se espantan con el sexo.  Lo que hoy sobretodo indigna al país es  la corrupción de ciertos  políticos que se adueñan del dinero público que serviría para que mujeres y hombres puedan tener una vida más digna y los niños enseñanza de mejor calidad.

No hay violencia pequeña contra la mujer, pero sin duda,  la violencia que más sangra  y que  más  debería  indignar es la violencia perpetrada por maridos y compañeros dentro de la familia. La padecen cada año  un millón de brasileñas de las que más de cinco mil resultan víctimas mortales.

España aquí, Escuela de español en São Paulo

Participe da discussão

2 comentários

Deixe um comentário

O seu endereço de e-mail não será publicado. Campos obrigatórios são marcados com *

*

Esse site utiliza o Akismet para reduzir spam. Aprenda como seus dados de comentários são processados.