Cuando Doria suprimió el facultativo de Carnaval se abrió la posibilidad de trabajar o no hacerlo.

Es muy difícil que se rompa la fuerza de la costumbre, así como distinguir el derecho al descanso del de no trabajar.

El reposo después de un mes laboral raro es difícil de explicar, el de no trabajar es la careta de casi todos los festivos anuales.

Llamémoslo por su nombre, en los parones ya no existe conmemoración.

En su lado más exacerbado, siempre sobrará un zoquete para explicar la nada.

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