Existen dos tipos de pudores, el de los padres con los hijos y el de los hijos con los padres.

En cualquiera de los casos, responden a naturalezas parecidas.

En la serie Turned on, Netflix, se retratan situaciones de relacionamientos que no por arquetípicos y consabidos, dejan de sorprender.

Todos ellos previstos a raíz del orden imperante provocado por el acúmulo de información actual en el que la sociedad, principalmente la relativamente joven, se ve inserida.

Reaccionan, pero no deciden, y aquella se disfraza de esta.

Trasladado al terreno amoroso, provoca la toma de decisiones rápidas y descartables, lo cual sugiere el morbo propio para la producción de una serie de televisión.

Bombardear con inputs implica responder inmediatamente, es imposible concienciar la resolución.

La aventura puede ser más divertida, pero el react normalmente provoca inseguridades, la misma que le suscitó a mi hijo sorprenderme in fraganti delante del televisor, no era otra cosa que una subida de pudor al descubrir la historia cuestionable que vivencian.

Y que no quisieran para sus padres.

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